La fuente natural más rica en beta-caroteno, es el alga oceánica Dunaliella salina, que además, presenta otros carotenoides, tales como: alfa-caroteno, beta-criptoxantina, zeaxantina y luteína. Por el contrario, el beta-caroteno artificial carece de esta mezcla compleja de carotenoides que hacen que su actividad sea inferior a la del beta-caroteno natural.
El beta-caroteno prepara y protege la piel antes, durante y después de las exposiciones solares. Facilita el bronceado uniforme de la piel, a la vez que lo prolonga en el tiempo.
El beta-caroteno contribuye a evitar el enrojecimiento de la piel producido por el sol y neutraliza la acción agresiva de los radicales libres que aparecen en las células de la piel después de las exposiciones solares.